El pasado martes y en uno de los templos de la gastronomía valenciana, Casa Montaña, tuve la oportunidad de catar los vinos de la bodega valenciana Sierra Norte, en concreto este monográfico estaba enfocado a los vinos que la bodega elabora bajo la marca Pasión, siendo Pasión de Bobal el vino y la marca que lanzó esta iniciativa de marketing y que se ha extendido a vinos de Moscatel y Monastrell.
Ya desde hace unos años el vino Pasión de Bobal tinto y posteriormente el rosado han venido al mercado buscando ese lugar donde la variedad bobal se ha sabido posicionar dentro del panorama vitivinícola nacional. Estos vinos nacieron para demostrar que la variedad era capaz de darnos vinos diferentes, desde luego que ya habían grandes vinos de bobal, pero quizá esta apuesta por un vino de marketing, trabajado para encontrar un público de consumo fácil y sonoro estaba todavía sin explotar.
Los que probamos las añadas anteriores del tinto, quizá recuerden un vino fácil con una barrica integrada, bastante suave al paladar, destacando quizá lo que el terruño y la añada nos estaba dando. Respecto al rosado que apareció posteriormente destacar el suave color salmón, quizá la añada 2012 con una nariz suave pero rico al paladar.
En esta ocasión catamos la añada 2013 en rosado y la 2012 de tinto. El rosado quizá para mi gusto ha pecado de falta de color y aromas propios de los rosados de bobal, buscando otros mercados o con una ligera maceración, más bien me pareció excesivamente ácido y con aspecto deslavazado comparado con otros rosados de esta misma variedad. Es posible que 2013 con los problemas de granizo primaveral en la zona y que el verano fue fresco y en busca de un pálido color no expresara la uva su magnífico potencial para rosados.
El Pasión de Bobal tinto 2012 si que tenía un bonito color, una capa medio alta con bastante glicerina, pero esta vez su característica frutal estaba un poco escondida bajo unas notas ahumadas bastante marcadas, es cierto que tras 30 minutos en la copa y a base de airear el vino iba apareciendo esa fruta roja madura y ciertas notas mentoladas. Creo que es un vino con bastante estructura y necesita decantación antes de tomarlo, esa es la diferencia que encuentro respecto a añadas como 2011 por ejemplo.
La bodega, que tambien trabaja bajo la DO Valencia, también ha lanzado un vino blanco llamado Pasión de Moscatel. Esta variedad, la de grano menudo, se cultiva injertada usando pies de otras variedades, también entre la zona de Camporrobles y Venta del Moro (Utiel-Requena) pero esta vez bajo amparo de la DO Valencia. El vino es muy aromático, con un color pajizo que resulta muy fresco por su buena acidez. En nariz recuerda a plátanos maduros y algo de fruta de hueso, sin abandonar los aromas típicos de la uva Moscatel. Una buena opción para los que nos gustan los blancos muy aromáticos pero que no carguen el retrogusto.
También, aprovechando el tirón mediático, se presentó el vino Pasión de Monastrell 2012, en este caso bajo la DO Alicante. Se trata de una elaboración que se ha hecho en una bodega en la zona de la localidad de Pinoso, cuna de buenos monastreles de pie franco y que siguiendo otros procedimientos más modernos como los rotomaceradores en lugar de los típicos remontados, han conseguido un vino de capa alta, de color rojo con ribete cardenalicio, presenta una buena nariz, potente, madura, con recuerdos a chocolate. En boca tiene estructura, un poco secante y con notas herbáceas en el postgusto, quizá todavía falto de botella.
Una vez más nuestras variedades mediterráneas se suben al carro de los vinos monovarietales a cargo de una de las marcas que el público va conociendo cada día más y que seguro que estarán en nuestras mesas en muchas ocasiones.
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