domingo, 28 de octubre de 2012

Diez razones para consumir vino

Desde que entramos en este período de recesión económica, el consumo de muchos productos no considerados como de primera necesidad ha disminuído considerablemente, entre ellos el vino, ya que, aunque considerado como alimento, no pertenece al conjunto de artículos básicos en la lista de la compra de los hogares españoles.

Desde luego el consumo de vino en nuestro país ha descendido a tasas muy bajas, y muchos informes lo avalan, siendo España el país de la UE que menos vino consume por habitante, en datos porcentuales, y por el contrario somos el país con mayor superficie de viñedo y el tercero en producción de vino.


Con el ánimo de mejorar nuestro consumo y no perder la esencia cultural de nuestros antepasados, propongo este decálogo de consumo para que sigamos confiando en que nuestra cultura está ligada al vino y a esa dieta mediterránea que tanto promovemos y que poco estamos cumpliendo en realidad, y sobre todo porque el sector del vino es parte de nuestra economía y por tanto de la sociedad en la que vivimos.


1.- El vino es un alimento, y constatado está por los más de 2000 elementos que integran su composición, aparte del agua y el alcohol, hay componentes como los polifenoles, el hierro, el zinc, azúcares.... Por tanto lo podemos incorporar a nuestra dieta, siempre con moderación y salvo prescripciones donde no se recomiende su ingesta.

2.- El vino como cultura y tradición, el vino forma parte de la vida y de la cultura europeas desde hace muchos siglos. Mantengamos esta raíz cultural para que no nos haga olvidar nuestros orígenes y recordemos que en torno al vino se han forjado grandes artistas, escritores y personajes.


3.- Motor de la economía, no se si se darán cuenta, pero del vino vive mucha gente, desde el temporero hasta el sumiller, hay muchas economías que viven del trabajo que genera el sector del vino, comunidades que trabajan y viven del campo, industrias auxiliares (vidrio, corcho, imprentas...), distribución y hostelería, ...

4.- Hábitos de consumo, la mayoría de las culturas europeas consideran el vino como una alternativa refinada, opinión coherente con un consumo moderado.  Esta tendencia pone de manifiesto la importancia de analizar los hábitos de consumo y la necesidad de promocionar un consumo responsable y moderado de bebidas alcohólicas.

5.- Disfrutar el vino en su plenitud, es decir utilizar los cinco sentidos para que el vino se convierta en algo placentero. Visualice la enorme paleta de colores que el vino nos muestra, utilice el olfato para evocar y recordar aromas, saboree lentamente en el paladar sus características organolépticas, escuche como cae el vino en la copa y sienta el tacto de la botella y la copa en sus manos...

6.- Consumo moderado, desde luego la moderación es la base para todo tipo de estilos saludables de vida. Evite los 'atracones', si la copa de vino que está bebiendo le produce un momento placentero,  quizá desee repetir, recuerde que es una bebida alcohólica y que su excesivo consumo puede provocar los efectos nocivos para su salud, a corto o a largo plazo. Si va a conducir modérese, no tiene porque dejar de beber vino, pero recuerde que pone en riesgo su vida y la de los demás.


7.- Vino asociado a la gastronomía, en este país tan rico en gastronomía, no dude en maridar los manjares ofrecidos a lo largo y ancho de nuestra gastronomía con el placer de una buena copa de vino, siempre encontrará un aroma, un sabor o una sensación que le haga más agradable compartir mesa y mantel con un buen vino.

8.- Viva una auténtica red social, el vino es símbolo, en ocasiones, de relaciones interpersonales. Muchas personas se conocen a través del vino y las que se conocían se reúnen en ocasiones donde el vino está presente, seamos cada vez más sociables cuando compartimos una copa de vino.


9.- Ayude a conservar el medioambiente, el vino se produce con uvas, las uvas son producto del cultivo de la vid, si desapareciera este cultivo, sería difícil de reemplazar por plantas que se adaptaran a los terrenos donde la vid ha estado arraigada durante siglos, perdiendo el ciclo biodinámico que ello implica. También el corcho y las barricas de roble son parte de la biodinámica de la elaboración del vino. Cada día se intenta ser lo más natural posible en el cultivo y en la elaboración para preservar el medio ambiente.


10.- Siga haciendo historia, porque si el consumo y elaboración del vino desaparecen, será parte de nuestra historia que tardará mucho en recuperarse. Las nuevas generaciones deben seguir con la tradición, con el fin de que sigamos arraigados a un estilo de vida y cultura que se ha mantenido durante siglos y que nos hace diferentes al resto de culturas del mundo.

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