A veces creer en lo imposible no hace que no cejes en el intento para conseguirlo y he aquí un ejemplo de dos personas que han creado su propia empresa y que han conseguido hacer algo diferente de lo que habitualemente encontramos por la comarca Utiel-Requena.
Hablo de Ana y Vicente, dos personas que creen que la innovación, el marketing y la apuesta por la comarca valen la pena para conseguir situarse entre las mejores bodegas españolas, a pesar de sureducido tamaño.
¿Y que han hecho estas dos personas durante los últimos diez años?, pues cosas increibles, como posicionar el cava hecho en Requena como los mejores vinos espumosos del mundo, así pues en el último consurso mundial de Bruselas, su cava Pago de Tharsys Millesime rosé brut reserva 2009 ha sido galardonado con la Gran Medalla de Oro, compitiendo con los mejores cavas y champanes del mundo.
Pero no acaba ahí su historia, también han sido pioneros en viticultura, cultivando y produciendo vinos Albariños en la finca de Requena, así pues se han conseguido vinos de esta variedad que guardan y mantienen el espíritu de los grandes vinos gallegos, pero con la diferencia del terruño e icluso el clima.
También han sido capaces por apostar por variedades francesas como la Cabernet Franc para elaborar vinos con 'bouquet', y en la cata de ayer, incluso a sabiendas de donde venían estos vinos, pensábamos que no era posible conseguir ese nivel de vino tan parecido a algunos Cabernet Franc de la zona francesa de Burdeos.
Pero ahí no acaba la cosa, porque no conseguir un espumoso por el método tradicional, cremoso, agradable, con unos aromas únicos y diferente a cualquier otro, y hablo de hacer un espumoso con uva Bobal, uva por antonomasia autóctona de la comarca, y elaborar un 'Blanc de Negres' que nunca nadie ha elaborado en el mundo.
Por descontado que Pago de Tharsys aún tiene que proporcionarnos más satisfacciones en el mundo del vino, porque es una bodega innovadora y que apuesta por el terruño, por la comarca y sus gentes y siempre sorprendiéndonos por sus acciones de marketing tan atrevidas y destinadas a que nunca se olviden los orígenes.
Ayer unos pocos privilegiados nos dimos cita en la bodega para poder degustar algunas de las añadas de los últimos 10 años. Con una visita previa a las instalaciones y un paseo por la viña, fuimos luego a catar tres vinos de la Selección Vendimia Noctura Albariño 2005, 2008 y 2009, tres Selección Bodega Merlot-Cabernet Franc 2002, 2003 y 2004, para terminar con el Pago de Tharsys único, espumoso de Bobal y el galardonado en Bruselas como Gran Medalla de Oro, el cava Pago de Tharsys Millesime rosé brut reserva 2009.
La cata de albariños sorprendió por la alta acidez y la perfecta armonía de los vinos. Si empezamos por 2009, encontramos un vino con un color amarillo pajizo muy armonioso en nariz, estando presente los cítricos en todo momento, flores blancas, frutas de hueso y con una acidez bastante alta y que puede perfectamente mantenerse unos años más. 2008 quizá sea un vino más equilibrado, ya empiezan a destacar aromas a fruta más madura como manzanas y toques de miel, pero manteniendo frescura y acidez, el color difiere muy poco del anterior, pero se nota más madurez en el vino. Quizá el sorprendente sea 2005, que con un color dorado aún matiene acidez, pero los aromas si que son más maduros, más manzana asada, toque cítricos más de mandarina, en boca se torna más meloso y va cambiando cada 5 minutos, dándonos más aromas y sabores. Un especial vino que no hay que perderse, quizá por la rareza de la variedad en la zona y porque no, por que competiría con los mejores caldos gallegos de esta variedad.
Los vinos Selección Bodega Merlot-Cabernet Franc 2002, 2003 y 2004 también fueron bastante diferentes de lo que podríamos esperar. Bien por lo delicados y armoniosos, bien por que sabemos de donde proceden y por la dificultad que entraña conseguir adaptar esta Cabernet Franc a estos climas más mediterráneos y secos. 2004 y 2003 no son muy diferentes, se notan vinos más minerales, con parecidos aromas a paté de aceitunas negras, mucho chocolate, caramelo de toffe, moras, pero todavía con la fuerza y característica del terruño y el clima más seco de la zona. 2002 cambia radicalmente el concepto de vino de la zona, encontramos un vino más trabajado, con aromas a higos maduros, cobertura de cacao, muy sedoso en boca, perfecto para tomar en estos momentos y no demorar su consumo más tiempo, un vino muy diferente de lo que se puede esperar en la zona.
Acabamos la cata con dos espumosos que he nombrado antes y que apuestan por la Bobal y la Garnacha, como grandes uvas para conseguir lo más delicado al paladar en este tipo de vino, por supuesto pasando por las expertas manos de los enólogos de Pago de Tharsys que saben como nadie conseguir este concepto de vino delicado y con 'bouquet'.
Agradecer a Ana y Vicente, así como a Fran y Amparo, por ser nuestros anfitriones y poder celebrar con ellos este 10º aniversario plagado de éxitos y esperando volver a celebrar diez más en un futuro con nuevas sorpresas y elaboraciones.