Una de las pequeñas bodegas que tiene Requena en su término, que embotella grandes vinos, es Finca Ardal. Es una bodega del siglo XIX que fundó uno de los antepasados de la actual familia Gil-Orozco, que a partir de 1996 se hace acargo de este proyecto de elaborar vinos de calidad, aprovechando el viñedo y su situación en torno a la bodega.
La nueva bodega está actualmente situada en el antiguo edificio donde se elaboraban los vinos de doble pasta, hoy se ha anexado una nueva zona donde se elaboran los vinos en depósitos de acero inoxidable, usando tecnología para la elaboración y conservación del vino, también hay una sala de barricas en el subterráneo de la casa donde descansan los vinos entre 6 y 14 meses para producir estos vinos de calidad que luego os comentaré.
El viñedo está compuesto por las tradicionales plantas de Bobal y Tempranillo, que datan de entre 80 y 40 años, a las que se han añadido plantas de más reciente plantación como la Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah. Cada variedad tiene su ciclo y su recolección y se vinifican por separado para buscar la máxima expresión de ellas y luego ensamblarlas para los vinos que la bodega elabora. La Bobal tiene su propia producción monovarietal y además esta bodega está dentro de la Asociación Primum Bobal, que aglutina a 7 bodegas que apuestan por este tipo de uva como producto de calidad y única en el mundo.
Tras la visita catamos los vinos de la bodega, empezando por un 'coupage' de poca crianza (6 meses) de Tempranillo, Syrah y Bobal, un vino con una capa media, glicérico con un tono rubí muy brillante, en nariz predominaba la fruta roja madura, algo de mineralidad y un trasfondo especiado muy elegante. En boca fresco y voluminoso, con un postgusto corto pero muy intenso, un vino relativamente joven, aunque hablamos de una cosecha de 2006, su nombre TANUS. Este nombre evoca a ciertos vestigios de era romana que se encontraron en la finca y de cuyos textos escritos en piedra han extraído su nombre.
También catamos otro 'coupage' en este caso de Cabernet Sauvignon, Tempranillo y Merlot, su nombre Ocho Cuerdas cosecha de 2006, el nombre de este vino es en recuerdo a la guitarra de 8 cuerdas, que el fundador de la bodega inventó en su faceta de artista , este está un poco más evolucionado debido a su paso por barrica francesa de más de 12 meses, el color es rubí pero con el ribete más anaranjado, glicérico y con capa media-alta. En nariz es más complejo, encontrándose especias como la canela, el clavo, hojas de tabaco, cueros y fruta negra confitada. En boca sigue teniendo un tanino notable pero a la vez amable, postgusto largo con grandes recuerdos a torrefactos y a ahumados.
Otro vino que no catamos en la bodega, pero yo personalmente si que lo he hecho varias veces, es el monovarietal Ocho Cuerdas Bobal, de color púrpura oscuro, intenso, con capa alta. Limpio y brillante.
Aroma complejo de fruta roja madura sobre un fondo especiado (pimienta
molida). Notas bien integradas de madera de buena calidad. Entrada amable en boca con postgusto largo. Es un vino redondo y equilibrado, carnoso, con taninos dulces y bien pulidos.
Una bodega pequeña y muy coqueta que hace vinos de mucha calidad y con una buena relación calidad/precio.
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