Ayer por la tarde fui invitado a la entrega del I Premio
Terroir, que la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural
de la Universidad Politécnica de Valencia, que fue otorgado a la Bodega Mustiguillo
reconociendo su labor en I+D+i sobre la uva bobal y elaboración de vinos de terruño.
Se contaba con la asistencia de D. Carlos Falcó y Fernández
de Córdoba, marqués de Griñón y presidente de la asociación Grandes Pagos de España y a su vez propietario del Pago Dominio de Valdepusa, que hizo una
ponencia sobre el terroir y los vinos de Pago, apoyado por una breve intervención
del periodista y crítico de vinos Victor de la Serna, propietario también de la bodega Finca Sandoval perteneciente también a la asociación Grandes Pagos de España.
La Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural
premió a la bodega Mustiguillo por su labor en la elaboración de vinos con unas
características especiales por su terruño y el trabajo realizado por Toni Sarrión,
propietario de la bodega, que junto con su equipo, han conseguido que la uva
Bobal sea perfectamente apta para producir vinos de calidad y que sus vinos
gocen de reconocido prestigio internacional.
Permítanme que sea crítico con la concesión de este premio,
creo que hay más de una bodega que ha trabajado la uva bobal de manera
impecable, recuperando viejos viñedos de producción escasa y elaborando vinos
de finca o de terruño que marcan la diferencia en una variedad muy difícil de
trabajar. Alguna de estas bodegas que cito, trabajan desde antes de que lo
hiciera Mustiguillo, con la uva bobal y la finca tiene también unas características
especiales que ha hacen diferentes, de hecho no tiene nada que ver el mismo
vino elaborado con viñas de la parte alta que con los de la parte baja.
Reconozco que Mustiguillo ha invertido en I+D y ha contado
con un equipo trabajador e incansable por obtener la excelencia y la calidad,
pero insisto en que se debería haber reconocido a otras bodegas, que pese a
estar incluidas en la DO Utiel-Requena,
han trabajado y luchado por conseguir vinos de calidad y reconociemiento
internacional de la uva bobal, quizá con menos suerte o menos ‘prensa’ que la
bodega ayer premiada.
Felicito a Toni Sarrión porque creo que hay que reconocer el
mérito pero no es justo que otras bodegas que han conseguido, incluso antes que
Mustiguillo, situar sus vinos de bobal en este mundo globalizado, no hayan sido
reconocidas en este I Premio Terroir y que espero sigan trabajando para que los
vinos de la Comunidad Valenciana sea reconocidos a nivel mundial por su calidad y
excelencia.
Tras la entrega del premio se hizo una cata de los vinos que
pertenecen a la asociación Grandes Pagos de España y a los que referí en post anteriores a este.
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