Este fin de semana ha sido especial para nosotros, nos hemos acercado a la provincia de Tarragona, en concreto al municipio de Porrera, en el corazón del Priorat. Allí hemos disfrutado de la naturaleza y de un paisaje inigualable, capaz de concentrarse en los fabulosos vinos que hemos probado y seña de identidad de las gentes que lo habitan.
Nuestra primera visita, tras ocupar las habitaciones del precioso hotel 'Els Pampols' en Porrera (que recomiendo encarecidamente y no hagáis caso de la web que le falta un poco de vistosidad), fue visitar a Clos Dominic, y allí estaba Dominic y Paco, que nos llevaron a visitar sus dominios, muy cerquita de Porrera de camino al paraje de la Garranxa y bordeando en rio llegamos a la finca, que buscando la solana, combina las viñas nuevas en espaldera en la zona baja, con las viñas viejas en 'els costers' (en la falda de la montaña) fundamentalmente de cariñenas.
La dureza del terreno hace que las producciones sean escasas pero de una calidad extrema, pues como luego pudimos comprobar catando los vinos que elaboran, las diferencias entre las zonas hacen que cambie totalmente cada uno de ellos.
Tras visitar la finca y de vuelta a Porrera, vimos la antigua casa Pairal (expresión Catalana. Casa solariega, casa de los padres o de los antepasados) que destinan a su bodega, una casa al lado del río en la que accedemos a la sala de vinificación, y que en su sótano, con los típicos arcos de sujección de la casa, se encuentra la sala de barricas, en la que descansan los caldos que son vinificados usando levaduras propias sin usar ningún producto químico, los vinos Vinyes Baixes, Vinyes Altes y Clos Petó.
El primer vino que catamos fué Vinyes Baixes 2006, un vino mayoritariamente de Merlot y Cabernet Sauvignon, de las vinyas que están en terreno plano y de 10 a 11 años de antigüedad. Observamos un color picota oscuro con borde granate.en nariz aromas complejos y persistentes a frutos rojos y tostados de madera, aromas balsámicos y al final algún toque mineral. En boca, potente, pero con un paso de boca muy equilibrado y con buena estructura; es un vino carnoso, con taninos suaves y buena acidez.
Clos Petó 2007, elaborado con Cabernet Sauvignon (en más del 50%), Garnacha y Cariñena, fue el segundo vino que catamos, dicen que es el pequeño de la gama, pero a mi me sorprendió enormemente, de color cereza picota bastante intenso, ribete morado con llamativa lágrima, en nariz predominan los frutos rojos sobremadurados con un fino aroma a madera, se aprecian notas florales y un leve recuerdo mineral. En boca tiene una entrada suave y elegante, acidez correcta y bien equilibrado, sedosos taninos bien integrados, su final grato y largo con buena persistencia.
Vinyes Altes 2007, fué el vino que colmó la tarde, un vino elaborado con Cariñenas y Garnachas de viñas viejas en la ladera de la montaña, con un rendimiento menor de 1 kg. por cepa, un vino de profunda expresión mu y brillante, de potentes aromas a frutos rojos y negros maduros, en boca muy potente y con un punto de acidez agradable, muy complejo en boca, con toques minerales, tostados, especiado y muy balsámico, ideal para ocasiones especiales y para quedar estupendamente con tus invitados. Un vino elaborado para gustar a todo el mundo, incluso a aquellos que no sepan apreciar diferencias técnicas comprobarán que es un magnífico vino.
Claro que todo esta magia no sería posible sin el 'terruño' sobre el que sobreviven estas plantas, la labor en el campo, en donde se miman las plantas prácticamente una a una, el clima, la elaboración totalmente artesanal, la crianza sin prisas y el arte de Dominic y Paco para transmitirte en el vino su carácter y su amor por hacer bien las cosas, viven de y para el vino que elaboran y con la esperanza de que se superen cada vez más con estos fabulosos vinos. Gracias por vuestra hospitalidad.
1 comentarios :
Precioso reportaje Javier. Me alegro que disfrutárais, es imposible no hacerlo.
Espero vernos en una próxima ocasión.
Un saludo, Silvia
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