La visita del pasado sábado, que como comenté en el anterior post estuve en Requena, tuvo una segunda bodega que recorrer, justo enfrente de la ubicación de la anterior, y en la aldea de El Derramador, que se trata de Bodegas Vegalfaro, una bodega más moderna, establecida a principios de 1980 y proveniente de una familia que ya dedicaba sus esfuerzos al mundo del campo.
Esta familia decide reconvertir sus cultivos y diferenciarse del resto de viticultores estudiando el 'terruño' y buscando la manera de producir vinos de altísima calidad. Para ello se buscan las mejores parcelas de sus propiedades y se plantan las mejores especies, buscando los 'clones' que mejor se adaptasen al entorno y a las condiciones de cada una de sus tierras. El concepto de 'Vino de Pago' y 'Vino de Finca' se acuña en la elaboración de éstos por sus propietarios.
Vegalfaro busca elaborar el vino directamente en el campo, estudiando, controlando y mejorando todos los aspectos fisiológicos de la planta, de manera que la uva proporcione la mejor capacidad organoléptica en la cepa, eso ayuda a que el proceso de elaboración sea exclusivamente el de producir lo que la tierra proporciona y evita correcciones posteriores del mosto fermentado.
En nuestra visita nos atendió Andrés Valiente, propietario de la bodega que nos comentó que sus vinos buscan la calidad y el saber posicionarse en lo alto por propios méritos. Desde el cuidado de la planta hasta su vendimia, el proceso es minucioso, de manera que al pasar a la tolva, ya podemos decir que el vino ya está casi elaborado. La bodega está perfectamente adaptada a esta filosofía, para aprovechar los granos en su óptimo momento y producir un vino con la maceración y fermentación controlada, para pasar a la nave de crianza o a almacenarse antes del embotellado para vinos jóvenes y cavas.
Todo en un perfecto estado de pulcritud y bien diferenciado cada proceso y lugar de la bodega, con el fin de producir vinos y cavas que hoy por hoy están alcanzando cuotas altas de puntuación en los concursos y catas donde se presentan.
Los vinos no los pudimos catar en la bodega, pero amablemente nos cedieron un par de botellas, Vegalfaro Crianza 2006 (Tempranillo, Merlot y Syrah) y Pasamonte Blanco 2008 (Chardonnay y 15% garnacha blanca), este último perteneciente a la DO Valencia, por la ubicación de la finca. Otras elaboraciones como Pago de los Balagueses Merlot y Vegalfaro Cosecha ya los había probado en casa acompañados de amigos y nos parecieron excelentes, con una personalidad propia que nos recordaba a vinos de alta expresión del Noroeste de España.
En fin una visita muy instructiva, aunque con poco tiempo, pero que esperamos repetir más tranquilamente y que esta vez nos acompañe Rodolfo, enólogo e hijo del propietario para poder profundizar más en esta filosofía de hacer las cosas buscando la callidad y empezando en el campo.
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