Aunque me remito al pasado fin de semana como comienzo de mi cata personal, deciros que los tres vinos que he probado son diferentes totalmente y que cada vez hay más bodegas que, sin ser grandes, hacen grandes vinos y agradables al paladar, y sobre todo asequibles a los bolsillos de hoy en día.
El sábado empezó la semana con un vino de una bodega desconocida para mi como es Simón de Monfort, parece ser que es una segunda marca de la bodega de Fontanars dels Alforins (Valencia) de Daniel Belda. Un enólogo de la Comunidad Valenciana que está elaborando buenos vinos y con mucha proyección, además de diversas actividades relacionadas con la viniviticultura.
En concreto probamos el Simon Monfort Cabernet Sauvignon Crianza 2004. Un vino que al abrirlo denotaba un buen trago alcohólico, 11 meses de barrica (francesa y americana, quizá alguna europea del este), un color rojo intenso, muy brillante, apenas glicérico, procedente de mosto flor y con unos aromas, que tras estar abierto media hora, se apreciaba la madera, muy mezclada entre frutos rojos como la fresa y la grosella. En boca se apreciaba una alta acidez, como si fuese un vino joven, trago largo y postgusto a aromas de monte bajo mediterraneo (romero, tomillo,...) y algún tostado.
Ya entre semana, y con el poco tiempo que nos queda para disfrutar de una copa de vino, probamos un vino joven a base de Garnacha, en concreto de las tierras altas zaragozanas, de Calatayud. De sus terruños semidesérticos nace Garnacha de Fuego 2008, un vino producido por Bodegas Ateca, del grupo Orowines. Este vino al entrar en la copa evoca unos efluvios frutales impresionantes, al agitar se torna como más maduro el aroma de las frutas rojas. El color es impresionante con una capa de brillo que destaca sobre el fondo picota maduro. En boca es muy balsámico, muy fresco y de fácil trago, con un postgusto frutoso y de gran mineralida, que evoca al terreno de donde proviene.
El tercer vino, que ahora mismo tengo en mi copa, un vino valenciano, de Bodegas Enguera, Angelical 2006, un vino que es un 'coupage' de tres variedades muy distintas, como Tempranillo, Syrah y Monastrell, con una crianza de 12 meses en barricas de roble centroeuropeo, de un color rojo picota intenso, muy expresivo en nariz, evoca notas florales mezclado con chocolate, en boca goloso y fácil de beber con unos taninos muy maduros, con un postgusto sugerente y muy expresivo en el que es facil recordar arándanos, chocolate, madera de roble, alguna especia como la pimienta negra...
En fin vinos muy recomendables por menos de 6 euros que no hay que perderse para evocar que en este país tenemos ricas variedades, terrenos muy diferentes y vinos muy prometedores.
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