El "Chato Murciano" es una raza autóctona que tiene su origen en la raza "Gabana", primitivo cerdo murciano de tronco ibérico, mejorada mediante cruzamientos con razas de origen centroeuropeo y asiático, así como con cerdos del mismo tronco ibérico "Colorado" extremeño, que han hecho posible lograr animales más armoniosos, proporcionados, con mayor rendimiento y con una rusticidad aclimatada a las condiciones ambientales de la Región de Murcia y en especial a su altas temperaturas veraniegas.
Su base alimenticia es un pienso elaborado expresamente para estos ejemplares, a base de cereales y productos vegetales, que confiere a su carne un color rosado con tendencia al rojo y olor afrutado, y a sus transformados cárnicos unas características organolépticas inmejorables, que recuperan aromas y sabores tradicionales de la gastronomía típica murciana.
Del "Chato Murciano" se obtienen jamones y lomos que como piezas nobles, van destinadas a procesos de curado, seleccionando aquéllas que cumplen con las adecuadas condiciones tecnológicas, lo que permite obtener un producto de calidad.
Su canal, gracias a su adecuada proporción de magra y grasa, presenta inmejorables condiciones para la elaboración de embutidos, de los cuales se han definido las fórmulas de salchichón, chorizo y sobrasada de primera calidad.
La oportunidad de probar este selecto producto la hemos tenido en el Restaurante Polonia de Lorca, donde nos sirvieron unas chuletas de auténtico "Chato Murciano" a la brasa, con una carne tierna y jugosa, con poca grasa y exquisita al paladar. Y a hemos localizado un proveedor de este tipo de carne de cerdo, y en mi próximo viaje a Lorca (que será pronto) me llevaré una pequeña nevera de coche y me traeré este producto, que ha despertado mi interés gastronómico, para el disfrute de mi familia y allegados. Os pongo una imagen del "platico" senzillito pero fabuloso de este manjar.
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