domingo, 4 de enero de 2009

¿Crisis?. Ribera del Duero y Burdeos.

Yo creía que la crisis nos iba a afectar con mayor profundidad, pero no ha sido así, además pensaba que este fin de año y entrante del 2009, y celebrando los natalicios de mi hijo y esposa, íbamos a beber vino de brick o granel de de la zona, pero la cosa ha tenido su momento delicado.


Todo empezó el día 31 de año pasado, donde de paseo por una gran superficie, aquella del triángulo verde, revisando los caldos españoles de buen prestigio, encontré una estantería algo desangelada de vinos extranjeros, y me llamó la atención un un vino francés, Châteu Carignan, vi que su botella pasaba desapercibida por su sobriedad y que solo habían 3 botellas. No quise ver el precio y me hice con 3 botellas para entrar en boca.

Una de las botellas la llevé a casa de unos amigos, con los que celebramos el fin de año, y ahí empezó el festival, abrimos la botella y la servimos en unas copas tipo borgoña, el tapón, de corcho por supuesto, hablaba por si solo, en él destellaba un intenso color rubí que impregnaba la parte inferior de éste.



Lo servimos y el intenso color rubí en consonancia al blanco mantel empezó a dar signos de que la elección había sido muy acertada. En nariz me pareció muy afrutado, con notas de frutos rojos y desde luego con un intenso aroma a pastas de mantequilla. En boca totalmente afrutado, a grosellas y a arándanos y con un post-gusto a noble madera. En palabras de mi amigo y anfitrión ESPECTACULAR.



Ya más tarde y con motivo de las celebraciones natalicias de mi esposa e hijo, nos visitaron unos amigos y trajeron una botella de Honoris de Valdubón, un ribera del Duero de 2004 galardonado en 2008 en Paris y Sevilla y con constrastadas opiniones de sumiliers como Custodio Zamárraga y Meritxell Falgueras, a mi me pareció un vino muy potente, con una graduación de 14º, bastante alta para lo que suele ser un DO Ribera del Duero.

Un vino con un color cereza picota intenso con ciertos ribetes amoratados, un aroma frutal y potente y en boca con una cantidad de taninos bastante densa y golosa y aromas a tostado, sinceramente un vino para acompañar una buena comida y aunque en versión del 2004 todo un señor vino.

La verdad es que estoy descubriendo muy buenos vinos y aunque se diga que estamos en crisis, en los vinos no debe notarse y gastarse unos cuartos para degustar fabulosos vinos debería poderse desgrabar del IRPF, pues en esos momentos te invade una euforia y un éxtasis que bien vale olvidar los problemas cotidianos.

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