¡Toma parrafada!, pues no, se trata de componentes de la química natural se encuentran en el vino. El vino, bebida del dios Baco para los romanos y que hoy disfrutamos de varias maneras. Aquella bebida que en nuestras mesas era habitual (con gaseosa o sin) ahora es un exquisito alimento, algunos refinados, otros dulces, gasificados, peleones y potentes, ... y algunos se permiten codear con los alimentos y productos más selectos del mercado.
Leyendo estaba un artículo sobre el proceso de crianza de los vinos en los botelleros, sí posterior a la crianza en las barricas de roble, el proceso de crianza en botella es muy importante. Más importante es la utilización de corchos naturales, de una sola pieza, ya que éste impide que el vino salga de la botella pero a su vez actúa como un filtrado natural, para que poco a poco entren moléculas de aire que ayuden a la maduración del vino sin oxidarlo.
También es curioso como los procesos de embotellado de los vinos actuales, sean en atmósferas protectoras de nitrógeno o anhidrido carbónico para evitar que en la botella entre la menor cantidad posible de oxígeno.
Durante el proceso de crianza, destaca la importancia de que los caldos no sufran cambios drásticos en la temperatura, ya que de la hermeticidad del corcho puede verse afectada, con lo que la entrada de aire podría modificar el proceso de crianza.
En ausencia de oxígeno, los taninos del vino evolucionan formando polímeros, y que unidos a los antocianos producen el color teja característico de algunos vinos.
Los taninos son sustancias polifenólicas muy astringentes, se producen durante la maceración de los hollejos de la uva (cuando la uva se prensa para fermentar va acompañada de la piel y huesos de la uva) y también en el proceso de crianza en barricas de roble (la corteza del roble es un astringente natural conocido). Los taninos del vino han cobrado importanacia por su poder vasoconstrictor, con lo que el vino bebido con moderación, nos puede ayudar a evitar enfermedades coronarias.
Los antocianos por su parte, también presentes en la piel de la uva, son flavonoides que aportan el color al vino y que tienen alto poder antioxidante, con lo que nos ayudarían a combatir los radicales libres (particulas que oxidan nuestras células). El vino siempre con moderación no me parece que sea muy tóxico para nuestro cuerpo, ahora bien a la DGT no le parece bien, más cuando el vino se considera un alimento y no una bebida alcoholica (la diferencia entre una y otra está en que la bebida alcoholica paga un impuesto especial por eso estas llevan un sello de nuestra querida Hacienda).
Otra sustancia beneficiosa es el resveratrol, que forma parte de los pigmentos y que protege a la uva contra el ataque de los hongos. Recientemente, un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard ha demostrado que el resveratrol, que abunda en la piel de la uva negra, es capaz de estimular, las sirtuinas, unas enzimas celulares que regulan el envejecimiento de todos los organismos vivos. De todos los compuestos que probaron los investigadores, el que más estimuló a la enzima fue el resveratrol, por lo que el consumo moderado de vino tinto puede ayudar a retrasar el envejecimiento y prevenir enfermedades geriátricas como el Alzheimer.
Y para finalizar esta pequeña dosis magistral por el vino os adjunto 10 beneficios que el vino nos pueden aportar:
- Acción antiespasmódica
- Activación de la secreción biliar
- Acción antibacteriana
- Efecto antihistamínico, que atenúa las reacciones alérgicas
- Protección de las paredes arteriales, al fortalecer el colágeno y la eslatina que las forman
- El vino aporta minerales y oligoelementos
Magnesio : disminuye el estrés
Zinc : mejora las defensas inmunitarias
Litio: equilibra el sistema nervioso
Calcio y potasio : garantizan un adecuado equilibrio iónico y eléctrico - Se recomienda en casos de anemia ya que contiene medio miligramo de hierro. Además el alcohol ayuda a la absorción del hierro
- El consumo de vino tinto moderado durante las comidas palia la pérdida de memoria por insuficiencia circulatoria cerebral propias de personas de edad avanzada.
- Actúa contra una enfermedad muy de moda: la anorexia o falta de apetito al estimular los órganos olfativos y gustativos.
- Estos beneficios solo se producen con dosis moderados, nunca más de 30 gramos al día.
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